BVPS recomenda | Alerta Global, por Breno Bringel e Geoffrey Pleyers (Ed.)

O livro Alerta Global, recém lançado pelo Conselho Latino-americano de Ciências Sociais (CLACSO) em coedição com a Associação Latino-americana de Sociologia (ALAS), reúne análises de 48 destacados/as autores/as de 28 países para discutir as múltiplas implicações sociopolíticas da pandemia. Os leitores têm em mãos uma perspectiva verdadeiramente global sobre a crise atual e o mundo contemporâneo, a forma como as desigualdades se exacerbam e o controle social se expande, mas também sobre emergem novas solidariedades, movimentos sociais, vias de renovação do pensamento crítico e possibilidades de outros mundos possíveis.

O Blog da BVPS recomenda a leitura e reproduz abaixo o sumário do livro e um fragmento da introdução, assinada pelos editores Breno Bringel (IESP/UERJ) e Geoffrey Pleyers (Université Catholique de Louvain). O livro completo pode ser baixado gratuitamente aqui.

SUMÁRIO

PRIMERA PARTE

LA GOBERNANZA DE LA COVID-19, REGÍMENES POLÍTICOS Y LA AMBIVALENCIA DE LOS ESTADOS

1. El coronavirus y nuestra contemporaneidad

Boaventura de Sousa Santos (Portugal)

2. Coronavirus, riesgo y cambio social

José MaurícioDomingues (Brasil)

3. Tres respuestas a la crisis del coronavirus

Jean De Munck (Bélgica)

4. “La normalidad era el problema”

IlánBizberg (México)

5. Gobernanza global y horizontes democráticos más allá del coronavirus

Pauli Huotariy TeivoTeivainen (Finlandia)

6. Implicaciones de la censura en China durante la crisis de la Covid-19

Joy Zhang (China)

7. Una brecha de datos cada vez mayor: la Covid-19 y el Sur Global

StefaniaMilan (Italia / Holanda) y Emiliano Treré (Italia / Reino Unido)

8. Reset

Manuel Castells (España)

SEGUNDA PARTE

MÚLTIPLES CRISIS Y SOLIDARIDADES EN UN MUNDO DESIGUAL

9. Muerte, control social y bienestar en tiempos de Covid-19

Montserrat Sagot (Costa Rica)

10. “La división hace la fuerza”: la pandemia en Estados Unidos

Bandana Purkayastha (India / Estados Unidos)

11. La pandemia desde las favelas: desigualdades e injusticias en Río de Janeiro

FASE Rio de Janeiro (Brasil)

12. Solidaridad y participación en una sociedad desigual: Covid-19 en Filipinas

Filomin Gutierrez (Filipinas)

13. Espacios comunitarios en la India: ¿construyendo solidaridad en tiempos de pandemia?

Supurna Banerjee (India)

14. El trabajo social con personas sin hogar en Bélgica durante la pandemia

Stéphanie Cassilde (Bélgica)

15. Reivindicar el lugar de la escuela en un contexto de pandemia

Nicolás Arata (Argentina)

16. Durante y después de la pandemia: dimensiones sociales, políticas y económicas

Pablo Vommaro (Argentina)

TERCERA PARTE

MOVIMIENTOS SOCIALES EN TIEMPOS DE PANDEMIA

17. Movimientos sociales en tiempos de Covid-19: otro mundo es necesario

Donatella della Porta (Italia)

18. Mucho más que un “cacerolazo”: resistencias sociales en tiempos de pandemia

Breno Bringel (Brasil)

19. Movimientos sociales como servicios esenciales
Lesley Wood (Canadá)

20. #Clapforcarers: la solidaridad de base frente al coronavirus

Paolo Gerbaudo (Italia / Reino Unido)

21. Movimientos sociales y solidaridades (transnacionales) en tiempos de coronavirus

Sabrina Zajak (Alemania)

22. Romper con el narcisismo: emociones y activismo de base durante la pandemia
Tommaso Gravante y Alice Poma (México)

23 Las redes de los movimientos sociales en la ciudad de Nueva York: resiliencia, reformulación y resistencia en tiempos de brutalidad y distanciamiento

John Krinsky y Hillary Caldwell (Estados Unidos)

24. Hambre, ira y un nuevo movimiento social en Sudáfrica

Kate Alexander (Sudáfrica)

CUARTA PARTE

“EL CORONAVIRUS NO ACABARÁ CON LA REVOLUCIÓN”: PROTESTAS DEMOCRÁTICAS ANTES Y DURANTE LA CUARENTENA

25. Hong Kong: de las protestas democráticas a la huelga de trabajadores médicos en la pandemia

Chris Chan y Anna Tsui (Hong Kong)

26. Líbano: una revolución en tiempos de pandemia

Alexandra Kassir (Líbano)

27. Magreb: ¿el regreso del autoritarismo después de las revoluciones?

Kamal Lahbib (Marruecos)

28. Encontrar el camino: activismo laboral durante la Covid-19 en Indonesia

Michele Ford (Australia)

29. El movimiento de huelgas en Francia: mantener la lucha durante la Covid-19

Clément Petitjean (Francia)

30. Paro, paz y pandemia en Colombia

Carlos Alberto Benavides Mora y Donka Atanassova Iakimova (Colombia)

QUINTA PARTE

CAMBIO SOCIAL, TRANSICIONES Y EL MUNDO QUE SURGE TRAS LA CRISIS

31. Echar raíz: futuros alternativos

Geoffrey Pleyers (Bélgica)

32. Transiciones post-pandemia en clave civilizatoria

Arturo Escobar (Colombia)

33. La crisis de la Covid-19 y las transformaciones a largo plazo: alternativas dela India

Ashish Kothari (India)

34. Entre el business as usual y la construcción de un nuevo paradigma
Francesc Badia (España)

35. Movimientos sociales, cambio cultural e impactos de la pandemia

Pedro Ibarra (España)

SEXTA PARTE

NUEVOS DESAFÍOS PARA EL PENSAMIENTO CRÍTICO

36. Pandemia: desafíos al pensamiento crítico

Kathya Araujo (Chile)

37. Covid-19 y la crisis de cuidados 

Karina Batthyány (Uruguay)

38. El coronavirus, el don y los escenarios posneoliberales

Paulo Henrique Martins (Brasil)

39. Hacia una sociología post-Covid-19

Sari Hanafi (Líbano)

40. Covid-19, colonialidad y la crisis raigal

Jaime Ríos Burga (Perú)

41. La paradoja de la perturbación: África y el coronavirus

Elísio Macamo (Mozambique)

42. Todos somos mortales: el coronavirus y la naturaleza abierta de la historia

Rita Laura Segato (Argentina)

Fragmento da introdução

La pandemia y sus ecos globales, por Breno Bringel y Geoffrey Pleyers

La pandemia del nuevo coronavirus ha generado un alerta global y ha dejado el mundo en suspenso desde principios de 2020. Más allá de todas las dimensiones macro, se trató de un acontecimiento global que cambió las rutinas y las vidas diarias de cada ser humano en el planeta, con múltiples impactos para el futuro. Miles de millones de personas se quedaron confinadas. Otras, sin embargo, no se pudieron permitir este lujo y siguieron trabajando en el sector de la salud, en la producción, en la distribución de alimentos, en el trabajo social, el transporte, la limpieza y varias otras tareas que, aunque son definidas como “actividades esenciales” en nuestras sociedades, no son suficientemente reconocidas y valoradas. A su vez, los trabajadores de la economía informal, aquellos que viven al día o los que perdieron su empleo pasaron a preocuparse no solo por un virus, sino también por el empobrecimiento rápido en un contexto repleto de incertidumbres.

Ante la amenaza de la Covid-19, gobiernos locales y nacionales recurrieron a los médicos, biólogos, virólogos y epidemiólogos para tratar de contener la pandemia, diseñar las respuestas políticas y buscar una vacuna. Las ciencias sociales también se movilizaron en todas partes del mundo, aunque no siempre con el mismo grado de incidencia pública. ¿Tendría eso que ver con una menor legitimidad de las ciencias sociales ante las denominadas “ciencias de la vida”? Un médico prestigioso acompañando a un comité de crisis suena relevante, pero, ¿dirían lo mismo si en este comité también hubiese sociológicos, psicólogos o filósofos que aportaran otras lecturas sobre la crisis sanitaria y pudieran trasladar sus propuestas para los gobiernos y la sociedad como un todo? Curiosa división, por cierto: de un lado, la vida; del otro, lo “social” o lo “humano”. La salud, no obstante, es uno de esos temas que no entiende de fronteras disciplinarias y del conocimiento. Aunque en la práctica la división pueda reforzarse por la jerarquización política de los saberes y las “expertises”, mucho se ha avanzado, principalmente en el Sur Global, en un entendimiento holístico, multidimensional y colectivo de la salud, entendida mucho más allá de una dimensión fisiológica individual.

Una de las principales contribuciones de las ciencias sociales al debate público contemporáneo tiene que ver precisamente con la ampliación de la visión sobre la salud y el riesgo, algo fundamental para que se puedan gestar diagnósticos más atinados sobre los orígenes de la pandemia, políticas más eficaces para su contención, bien como estrategias orientadas a vislumbrar el mundo post-pandemia. Aunque el virus en sí sea un agente biológico que puede infectar a cualquiera de nosotros, somos profundamente desiguales en el enfrentamiento a la pandemia. Por ello, el énfasis en la naturaleza ecosistémica y social de la pandemia es central para recordarnos las profundas asimetrías globales y desigualdades de clase, raza y género, bien como para vincular la crisis sanitaria a otras crisis previas –ambiental, social y política– que hoy solo se profundizan.

La pandemia del coronavirus no llega en cualquier espacio-tiempo. Lo hace en un momento histórico de agotamiento de los recursos naturales y de emergencia climática y medioambiental en el que el capitalismo muestra su cara más depredadora. También de retrocesos democráticos y de derechos y de desconfianza y rechazo hacia los sistemas políticos. Asimismo, vivimos en sociedades resquebrajadas por profundas desigualdades (tanto Norte/Sur como al interior de las sociedades nacionales) y con los servicios públicos desmantelados por décadas de neoliberalismo que, más allá de la economía, también impregnó fuertemente las subjetividades individuales y colectivas. Mientras tanto, la digitalización de la sociedad ha posibilitado una mayor interacción entre las personas y un mayor flujo de información sobre la pandemia, pero ello ha estado acompañado, antes y más allá del coronavirus, por un proceso de creciente individualización, circulación de fake news y generación de dispositivos de vigilancia y control social.

Frente a este escenario, el presente libro buscar contribuir al esfuerzo en marcha de generar inteligibilidad sobre los aspectos sociopolíticos de la pandemia, mientras esta todavía se desarrolla, reuniendo análisis críticos y perspectivas de 48 autores/as de 28 países. Leídos en conjunto, estos capítulos escritos desde todos los continentes, y diferentes puntos de vista, crean un diálogo verdaderamente global sobre la crisis actual y el mundo contemporáneo, la forma en la que se exacerban las desigualdades y se diversifican las formas de control social, pero también sobre cómo se abren nuevas solidaridades y posibilidades de otros mundos posibles.

(…)

La perspectiva analítica que nos llevó a juntar estos textos articula cuatro convicciones.En primer lugar, entendemos la pandemia como un acontecimiento crítico globalque marca una inflexión histórica. Aunque haya habido muchas pandemias anteriores y podamos identificar elementos comunes y distintivos entre ellas, se trata de la primera pandemia que se vive simultáneamente en todos los rincones del mundo con una inédita resonancia global. El virus no se detiene en las fronteras y se ha propagado muy rápidamente, revelando cuán profundamente conectados e interdependientes nos hemos convertido. Por ello, no es exagerado afirmar que estamos ante la primera pandemia realmente universal, por su alcance, interconexión y visibilidad. Esto significa que ya está generando y llevará a impactos profundos, que también tendrán consecuencias globales. Los pasos que ahora se den podrán ser decisivos para el futuro, para bien o para mal, dado el momento dramático de nuestra humanidad. Por eso, nos parece central articular escenarios y temporalidades diversas de análisis, articulando corto, medio y largo plazo. 

Segundo, la pandemia afecta a las personas y a los lugares de maneras muy distintas, por lo cual es fundamental captar las desigualdades y la diversidad de situaciones y posiciones. Más allá de lo que salta a los ojos y es diariamente discutido publicamente, es una tarea fundamental interrogarnos sobre aquellos temas, territorios y experiencias que, aunque muy reveladoras, no suelen tener el mismo espacio en los debates actuales. Sin negar la experiencia de las clases medias y altas del mundo occidental, u occidentalizadas, durante la pandemia, es indispensable “provincializarlas”, integrándolas en una perspectiva global con otras que permitan generar contrastes entre diferentes entornos culturales, geográficos y sociales. Aprender con otras realidades permite abrir nuevos horizontes analíticos y críticos para entender el mundo como un todo, bien como a descentrar nuestras propias vivencias y experiencias cotidianas. Ante esta realidad, debemos pensar globalmente. Eso no implica solo una mirada más abarcadora, sino considerar el fenómeno desde distintos lugares, articulandoescalas y visiones de mundo para componer un mosaico amplio y diverso que lleve en consideración las dinámicas y conflictos que resuenan en el mundo de forma más transversal, más allá de conflictos parroquiales. 

En tercer lugar, frente a muchas lecturas teleológicas o perspectivas deterministas, que ven en la pandemia la confirmación de sus análisis anteriores y se lanzan en predicciones precipitadas sobre el impacto estructural de la crisis, proponemos una perspectiva dinámica de la realidad social y política. El futuro está en disputa y los escenarios posibles son múltiples. No hay un telos, una lógica inevitable o un camino predeterminado que nos lleva a un mundo mejor o, al contrario, a la exacerbación de las derivas autoritarias y del capitaloceno. Las consecuencias de los acontecimientos históricos son contingentes. De todos modos, hay sujetos que imprimen rumbos “desde arriba” y “desde abajo”. Entendemos, en este último caso, que los actores sociales y políticos, especialmente los movimientos sociales, son protagonistas de su tiempo histórico y se relacionan de maneras diversas con los cambios societales. Esta perspectiva pone en el centro el protagonismo de los actores y movimientos sociales como productores de la sociedad y, con este objetivo, también como productores de saberes y conocimientos. Pensar con los actores implica, por lo tanto, incorporar intencionalidades, racionalidades y subjetividades diversas y en disputa, algo central para vislumbrar las reacciones inmediatas a la crisis sanitaria, pero también las proyecciones futuras.

Nuestra cuarta premisa es la de una sociología pública y comprometida, que acompañe y contribuya a potenciar las luchas por justicia social, a la vez que genere contenidos accesibles a un público amplio. Si lo primero se da principalmente en la generación de espacios de articulación y coproducción de conocimiento entre universidades y movimientos sociales, lo segundo se materializa en nuestro proyecto “Open Movements”, hospedado por la plataforma “Open Democracy”. Desde hace cinco años, tratamos de fomentar, a través de este canal, la publicación y la circulación de textos concisos y directos por parte de activistas e investigadores de todo el mundo. Es una manera de intentar traducir a sectores diversos de la sociedad (más allá de la academia y de los propios movimientos), los resultados de experiencias colectivas y de investigaciones, llegando a la ciudadanía, a periodistas, a formuladores de políticas públicas, entre otros públicos. Si el momento actual está marcado por intentos de deslegitimación y de criminalización del pensamiento crítico por parte de diversos gobiernos autoritarios, la salida no puede ser ponerse a la defensiva y volcarse hacia adentro de la comunidad científica, sino lo contrario.

(…)

No deja de ser paradójico que la pandemia global sea tratada principalmente a través de lentes estatales y de un fuerte nacionalismo metodológico. El argumento central, por parte de sus promotores, es doble: por un lado, cada país tendría sus propias particularidades (contextuales, históricas, de estructura social y de arquitectura política); por otro, serían los Estados los principales actores en dar respuestas la crisis sanitaria. Aunque estos dos puntos son inexorables, no pueden ser leídos de forma rígida, ni tampoco pueden ser óbice para la construcción de respuestas políticas y de interpretaciones más amplias.

Para muchos, la pandemia ha sido un tiempo de repliegue, de regreso a las sociabilidades más cercanas y a un área de vida y de interdependencia restringida. Buena parte de las familias se han aislado en sus hogares y la prioridad de la mayoría de los gobiernos nacionales ha sido tratar de garantizar la atención sanitaria para proteger a su población contra la Covid-19. Los Estados han cerrado sus fronteras. Los viajes y la movilidad se han reducido drásticamente. Grandes eventos internacionales han sido cancelados o pospuestos.

Es, por lo tanto, imperioso fomentar una perspectiva global multi-situada sobre este acontecimiento que impacta la vida de miles de millones de seres humanos. Sin embargo, proponer una perspectiva global no significa ceder a un “globalismo metodológico” o limitarse al macroanálisis, como muchas veces ocurre. Fomentar una perspectiva global tampoco significa descartar las demás escalas. Por el contrario, es crucial articular escalas y niveles de análisis, de lo local a lo global, y de la subjetividad personal a la globalización. Una perspectiva global adecuada requiere, de este modo, conocimientos empíricos, epistémicos y analíticos de diferentes regiones del mundo, integrándolos en un mismo esfuerzo cognitivo.

Si bien los artículos reunidos en este libro remiten a diferentes coordinadas, temas y realidades, invitamos a los/as lectores/as a procesarlos en conjunto, tratando de descifrar los ecos globales de la pandemia. La metáfora del “eco” alude aquí a cinco sentidos diferentes y complementarios:

– Repetición: La llegada de la actual pandemia abre el debate sobre su relación, similitudes y diferencias con pandemias previas en la historia (desde las más antiguas como la Peste Negra o la mal llamada “Gripe Española” hasta las más contemporáneas, como elSevere Acute Respiratory Syndrome – SARS). El eco global como repetición nos lleva a pensar que, a pesar de los diversos avisos sobre la necesidad de prepararnos para mitigar los efectos de una posible pandemia en un mundo fuertemente interconectado, la prevención no fue tomada en serio por los Estados y las élites políticas. Sin embargo, las cosas no se repiten nunca exactamente de la misma manera. Aunque haya habido muchas otras pandemias en la historia, ninguna de ellas es igual a las demás y se dan en escenarios societales y geopolíticos diferentes. Asimismo, la repetición, si proyectada hacia adelante, puede también significar que esta crisis puede repetirse en el futuro. Cuán preparados estaremos si eso vuelve a ocurrir es una pregunta que habrá que empezar a hacerse, antes que sea demasiado tarde.

Imitación y reproducción: Lo que se hace en un lugar sirve de referencia o de inspiración para otros, sea para evitarlo, sea para emularlo. Cuando el nuevo coronavirus, fue descubierto en la ciudad china de Wuhan en diciembre de 2019, la reacción de la gran mayoría de los países fue restarle importancia. Sin embargo, tan pronto la pandemia se fue extendiendo por el mundo, buena parte de la población vivió emociones similares (agobio, ansiedad, frustación, impotencia, miedo y perplejidad), mientras los gobiernos trataron de mirar hacia fuera para calibrar sus propias acciones. Lo que ocurría en otros países y las medidas tomadas por los demás gobernantes del mundo pasaron a servir como base para construir los parámetros internos. Aunque las cosas no funcionan de la misma manera en los diferentes lugares, “buenas prácticas” pudieron adaptarse, mientras que propuestas atropelladas fueron relativizadas o descartadas. De esta manera, el eco como imitación y reproducción presupone un entendimiento de la interconexión global de la pandemia y sus implicaciones en términos de difusión política.

– Sentido de difícil percepción: Aunque muchas voces hayan tratado de darle diferentes sentidos a los contornos sociales y políticos de la pandemia, es imposible esbozar una lectura unívoca o definitiva. El eco, en esta acepción, evoca una auténtica ola semántica, con movimientos que van y vienen y que no están todavía sedimentados. Descifrar la pandemia y sus implicaciones mientras esta ocurre es, por lo tanto, un esfuerzo siempre parcial y provisional, cuyo sentido no está cristalizado o decantado. Resta así tratar de descifrar los múltiples significados de la crisis, las disputas políticas entorno a estos, bien como las agendas, acciones y proyecciones de los actores sociales y políticos en la actual disyuntiva histórica. 

– Resonancia y repercusión: Aunque las consecuencias y reverberaciones de la pandemia puedan ser distintas y desiguales, repercute fuertemente en diferentes ámbitos como una especie de “señal de alerta”: sobre el carácter del espacio doméstico, el reparto del cuidado y la gestión del tiempo en sociedades marcadas por la aceleración y la impronta del patriarcado; la imperiosa necesidad de defender los sistemas públicos de salud tras décadas de abandono y privatización, entre otras muchas cuestiones que resuenan constantemente en los debates contemporáneos. – Oikos: No solo eco del latín echo, sino también del griego oikos, es decir, lo –eco como casa, como “ámbito vital”. El ecosistema como la comunidad de seres vivos en la que nos relacionamos y habitamos un lugar común, Gaia. De hecho, hace ya bastante tiempo que luchas comunitario-territoriales y movimientos sociales, principalmente ecologistas e indígenas, denuncian que los desequilibrios ecosistémicos –causados por un modelo destructivo de desarrollo basado en el crecimiento económico permanente, en la velocidad de la globalización capitalista y en el consumo desenfrenado– nos abocarían no solo a un deterioro global que conllevaría a muchos riesgos a la salud y a la vida, sino también a una ruta acelerada hacia el colapso. Esta última acepción del eco, entendido como oikos, acentua la centralidad de la lucha contra el antropoceno, pero también subraya nuestra fragilidad y vulnerabilidad ante un mundo cada vez más imprevisible y volátil.

* Os textos publicados pelos colaboradores não refletem as posições da BVPS.

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